compartir

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites

jueves, 6 de agosto de 2015

Tiempo, tiempito

El tiempo. 



Ese regulador de instantes. Efímero cada tanto. Relativo por momentos. Tic tac constante que trabaja sin freno. Amado y odiado por temporada. Muy pícaro es, justo cuando confías que lo tienes de sobra para lograr algo, éste se aviva y empieza a pasar rápido. Pero hay momentos amargos en los que el tiempo decide tomarse un descanso y pasa todo tan lento. Es tan cruel y angelical.  Se escurre en cada situación, y de forma invisible se metamorfosea para que lo bueno tome velocidad y se escape y lo malo parezca que se demora de más. He ahí lo relativo que resulta ser. Para nada significa que sea malo, Aunque el tiempo aprieta de a ratos, en reiteradas oportunidades ejecuta un complot para que las cosas pasen. Que los momentos gratificantes ocurran. Y cuando esto pasa, se producen cambios, y con cambio hay progreso. Poseer esa virtud de hacer y deshacer, construir y destrozar, enfermar y sanar es lo que lo hace especial. En fin, lo único real que conocemos de él es que es finito y, por suerte, gratis. A compartirlo con quien se lo merece de verdad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario